El pasado 4 de noviembre concluyó el último periodo de ejercicio constitucional de la Sexagésima Primera Legislatura del Congreso del Estado. Fue más que un privilegio haber sido representante popular veracruzano y fungir como Presidente de la Mesa Directiva y de la Diputacion Permanente del Congreso, y en un tiempo anterior, como Coordinador de los Diputados de mi Partido y Presidente de la Junta de Coordinación Política, porque esto significó representar los intereses de miles de conciudadanos, entender sus expectativas, interpretar sus deseos y cumplir, conforme a mis posibilidades, sus demandas.

Ser integrante del Congreso de Veracruz fue una vivencia muy enriquecedora, porque, aunque el trabajo legislativo es arduo y complejo, lo asumí como uno de los mayores retos en mi carrera profesional y política.

Considero que la LXI Legislatura entregó buenas cuentas a la sociedad veracruzana, que tiene ahora un marco jurídico acorde con la realidad del país y a un mundo cada vez más globalizado. No es mi objetivo profundizar en este espacio de lo realizado, sin embargo, no quisiera dejar pasar la oportunidad de mencionar algunos ejemplos de los principales avances que se registraron en nuestra legislación estatal.


En el sensible tema que involucra valores de equidad, justicia e igualdad de derechos para la mujer veracruzana, se aprobaron la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la Ley para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, y la Ley para Prevenir, Atender, Combatir, Sancionar y Erradicar la Trata de Personas. Estas nuevas leyes, aunadas a las Reformas al Código Penal de la entidad permitieron armonizar las disposiciones de la primera ley mencionada, con lo cual se constituyeron en trascendentes instrumentos normativos a favor de las mujeres de nuestro estado.

Veracruz ya cuenta también con nuevos cuerpos normativos orientados a la protección de sectores sociales de alta vulnerabilidad como la Ley de Protección a los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, la Ley de Integración de Personas con Discapacidad, la Ley de Derechos y Cultura Indígenas, así como la Ley para Enfrentar la Epidemia del VIH-Sida. Esta última es de particular importancia, puesto que surgió del esfuerzo de la sociedad civil, que ejerció su derecho constitucional a través de la figura de la Iniciativa Popular.

También en la Legislatura que concluyó, se hicieron realidad ordenamientos legales muy importantes para la entidad, como la Ley para la Mitigación y Adaptación de los Efectos del Cambio Climático, la Ley de Derechos y Cultura Indígenas, la Ley de Fiscalización Superior, el nuevo Código Electoral para el Estado, la reforma al Código Penal para incorporar la pena de prisión vitalicia -que coloquialmente se conoce como de cadena perpetua- para secuestradores que mutilen o asesinen a sus víctimas así como para homicidas en situaciones de máximo agravio, con lo cual el Congreso de Veracruz se constituyó como el primer estado del país en incorporar una reforma de este tipo al Código Penal. El Congreso de Chihuahua hace apenas un mes que votó esta reforma legal y Durango se encuentra en este momento intentando lo mismo.


Entre los logros del quehacer legislativo también se encuentran la expedición de ordenamientos de suma importancia para la seguridad de la población, como las Leyes de Protección Civil y del Sistema Estatal de Seguridad Pública. Desde otra perspectiva no menos importante, también se deben mencionar a los que promueven el desarrollo económico del Estado, como las Leyes de Mejora Regulatoria, de Fomento Económico, de Pesca y Acuacultura Sustentables, así como de Turismo.

De la misma manera, me siento muy satisfecho por haber presentado la iniciativa de Ley de Protección de los Animales, la que fue dictaminada y aprobada por unanimidad, junto a una iniciativa que sobre el mismo tema, posteriormente presentó mi compañera Diputada Dalia Edith Pérez, lo que permitió incorporar al marco legal un tema largamente soslayado, no obstante que éste representa una de las más acentuadas preocupaciones de la sociedad.

Asimismo, agradezco a quienes fueron mis compañeros Diputados el haber votado también por unanimidad mi iniciativa de reforma al Código Penal, por el que se tipifican como delito las llamadas telefónicas o por cualquier otro medio similar que movilicen injustificadamente a instituciones como la Cruz Roja, Bomberos, Protección Civil, C4 y Seguridad Publica.


Si bien el aspecto cualitativo fue lo que mejor significó a esta Legislatura, es de destacarse que los números, los fríos números, favorecen al cuerpo colegiado de Diputados salientes. Así, la LXI Legislatura aprobó 34 nuevas leyes y códigos, lo que significa un número, por mucho, superior a las aprobadas por las últimas cuatro Legislaturas, incluyendo la LIX cuyo periodo constitucional fue de cuatro años, es decir, un año más que la Diputación saliente. También en el rubro de la numeralia, es de significarse que el 65% de las iniciativas de leyes y decretos votadas por la Legislatura saliente, merecieron el voto favorable de todos los diputados de todas las fuerzas políticas en ella representada. Lo anterior, como una muestra de que, no obstante su plural composición 30-20, todos sus diputados mostraron un importante nivel de tolerancia y disposición a la negociación y al acuerdo.

Esta Legislatura se caracterizó además por contar con una oposición crítica y combativa, pero fundamentalmente propositiva, lo que sin duda abonó, de manera determinante, para que fuera la más productiva, tanto en el rubro cuantitativo como el cualitativo, en los últimos 16 años de nuestra entidad.

Estoy seguro de que los diputados locales que hoy integran la LXII Legislatura harán un gran trabajo. A ellos les expreso mis mejores deseos en su nueva e importante responsabilidad, porque sé que estarán a la altura de esta nueva etapa de Veracruz y de las expectativas de los ciudadanos que depositaron su confianza en ellos. Mucha Suerte.